BEBES LLORONES– Mi abuela decía que cuando un bebé lloraba mucho y se despertaba por la noche era porque tenía las tripas revueltas. El caso es que, dándoles hierbas digestivas. como el anís verde o la manzanilla, los pequeños dormían mucho mejor. Si los niños son menores de 2 años basta con darles una cucharada sopera de cualquiera de estas dos infusiones después de cada toma. Si son más mayorcitos, tomarán media taza de infusión antes de irse a la cama. En este caso, puedes probar con tisanas de efecto más contundente, como la pasiflora o la tila.
ALMOHADAS SORPRESA– Cuando éramos pequeños nos encantaba descubrir las «sorpresas» que mi abuela nos dejaba bajo la almohada. Esas sorpresas eran mucho más que un juego. Y es que colocando bajo la almohada unos saquitos de algodón en los que habremos añadido flores de lavanda los niños duermen más y mejor. Si eres mañosa, puedes confeccionar los saquitos en formas divertidas ¡les encantará! También puedes echar sobre la almohada unas gotitas de infusión concentrada de manzanilla