LA FUERZA DEL IMÁN– Mi abuela tenía un truco muy original para conseguir que soñáramos con los angelitos. Consistía en colocar un imán bajo la almohada en el lugar justo donde solíamos apoyar la cabeza. Procura que el imán no sea pequeño (ya que los niños podrían tragárselo) y que no resulte demasiado potente. Protégelo con una tela para evitar heridas.
SOÑAR CON FLORES– Otro de los remedios favoritos de mi abuela era introducir en el relleno de la almohada unas hojas y flores frescas de jazmín. Si te es difícil conseguir flores frescas, puedes obtener un efecto muy similar con flores secas El agradable aroma de estas flores también nos predisponía a un sueno tranquilo y reparador.
LA INSUSTITUIBLE VALERIANA– Para conseguir unos dulces sueños, confía en la valeriana. Echa media cucharadita de raíz de valeriana y la punta de una cucharadita de nuez moscada rallada en una taza de agua hirviendo. Filtra y toma una taza antes de acostarte. Tomar a temporadas y evitar embarazadas.