Buena digestión: El azafrán no sólo sirve para dar sabor y color a nuestros platos. Utilizado como condimento, también es un excelente tónico estomacal, ideal para estimular la secreción de los jugos digestivos. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el azafrán -en elevadas cantidades- puede resultar abortivo. En todos los casos, lo mejor es limitarse a tomar las dosis culinarias normales.

 Alivio para la gota: Esta especia fue, durante mucho tiempo, uno de los pocos remedios fiables que existían para combatir la gota. Hoy en día, su efecto terapéutico todavía sigue en vigor, por lo que te recomendamos que incluyas en tu dieta platos condimentados con azafrán, como los risottos, sopas bullabesas y, por supuesto, la clásica paella. Te ayudarán a mejorar tu estado.

Afrodisíaco: Los romanos tenían la costumbre de espolvorear el lecho de los recién casados con hebras de azafrán, ya que creían que su penetrante aroma incitaba al amor. Desde entonces, muchas culturas, incluyendo la nuestra, han venerado esta especia como el mejor elixir amoroso.