AGUA CON LIMÓN– El secreto para mejorar esta enfermedad, según mi abuela, está en la alimentación que debe hacerse a base de frutas y verduras, mejor si se toman en su estado natural. Recuerdo que aconsejaba tomar cada día un litro y medio de agua mezclada con el zumo de dos limones, lo que facilita que la sangre fluya y aleja la posibilidad de que se formen trombos. Conviene tomar esta agua a lo largo de todo el día.
CONSUELDA Y LECITINA– Por vía interna, la trombosis también se puede prevenir y curar tomando una infusión de consuelda (sólo veinte días al año) y una cucharada de lecitina, que también ayuda a disolver los trombos sanguíneos.
LA CATAPLASMA DE ÁRNICA– Por vía externa, lo más aconsejable es que se pongan en alto las extremidades afectadas y que en el lugar donde se encuentren las venas hinchadas se coloque una cataplasma tibia de árnica, diluida, dos veces al día. Conviene mantener estas cataplasmas durante diez minutos para que hagan efecto. No olvides que todos estos trucos deben combinarse con el tratamiento médico.