Desinfectante de urgencia: Si te has hecho una herida o una pequeña úlcera y no tienes desinfectante a mano, el azúcar de cocina te puede ayudar. Espolvorea una cucharada de azúcar sobre una venda esterilizada y colócala con cuidado sobre la herida. Fija la venda y renuévala con frecuencia, hasta que la herida haya cicatrizado.
Caramelo contra el mareo: Cuando nuestras abuelas partían de viaje, siempre llevaban en su maletín bolitas de azúcar cande “para el mareo”. Hoy en día, no es fácil encontrar en las tiendas este tipo de azúcar normal. Eso sí, hay que aplicar este método con moderación. ¡No hay que olvidar la caries!
Remedio contra el hipo: Si te sorprende un repentino ataque de hipo, podrás combatirlo fácilmente con azúcar. En estos casos, las abuelas recomendaban tomar, lo más rápido posible, una cucharadita de azúcar. Esta sencilla medida, aseguraban, bastaba para acabar con el tipo más rebelde.
Azúcar después de hacer ejercicio: Si practicas algún deporte, toma un terrón de azúcar, muy rico en hidratos de carbono, te permitirá recobrar la energía perdida prácticamente al instante. Para evitar las agujetas y los dolores musculares, puedes tomar una bebida isotónica casera a base de agua, zumo de limón y abundante azúcar.
Una buena ayuda contra la ansiedad: El azúcar estimula la producción de serotonina, la sustancia que combate la ansiedad. Seguro que lo habrás comprobado alguna vez. Tomar una infusión con azúcar, por ejemplo, sube el ánimo y tranquiliza. No dudes en recurrir el azúcar en momentos de nerviosismo. Te tranquilizará.