LECHE REGADA CON COMINOS– Nuestras abuelas tenían un truco infalible para acabar con las flatulencias: un vaso de leche caliente con sabor a cominos. Ponían a hervir un vaso de leche con una pizca de semillas de esta especia, que ya era muy apreciada en el antiguo Egipto, y lo daban a tomar al “flatulento” tan caliente como pudiera soportarlo. Y es que el comino no sólo alivia la flatulencia y la hinchazón; también estimula todo el proceso digestivo.
ANÍS, PERO NO A MENUDO– Nuestras antepasadas también trataban este problema con el apreciado anís. Y no precisamente en infusión, aunque también puede tomarse. Mezclaban una cucharadita del licor que se elabora con estas semillas con un vaso de agua y se lo tomaban. Es un alivio rápido, pero no debe hacerse a menudo, ya que no deja de ser una bebida alcohólica.
ABUSA DE LA COL CRUDA– otro remedio para acallar con las flatulencias era tomar mucha col cruda (no cocida, que puede resultar indigesta si se padece este problema). Las hojas tiernas de la col cruda se puede tomar en ensaladas o en zumos.