CON LA BOLSA DE PAPEL…– Además de éstos que todo el mundo ha puesto en práctica alguna vez, existe un truco que siempre nos hacía mi abuela: cogía una bolsa de papel (nunca de plástico) y nos hacía respirar en su interior al menos 15 veces que interrumpe el espasmo nervioso que causa el hipo. Si lo de taparse la cara con una bolsa no te convence, prueba con este otro truco, también muy extendido entre las costumbres populares, que además a los niños les encanta: tápate los oídos con el dedo índice de cada mano y, al mismo tiempo y ayudada por otra persona, bebe agua a pequeños sorbos hasta que puedas aguantar. Ya verás como el hipo desaparece tan rápido como se ha presentado.
SI VUELVE, PÁSATE AL ENELDO– Y si eres de las personas que menudo sufren ataques de hipo y no sabes cómo deshacerte de él, no dudes en recurrir al eneldo y tomar una infusión de esta hierba dos veces por semana. Prepárala con una cucharadita de la planta que deberás dejar reposar unos cinco minutos en una taza de agua hirviendo.