BICARBONATO CON AGUA– Nuestras abuelas no se complicaban la vida elaborando pócimas para neutralizar el efecto que causaban los aguijones de estos insectos y recurrían al sencillo y efectivo bicarbonato sódico. Mezclaban una cucharadita de bicarbonato con otra de agua, hacían una pasta y la extendían suavemente sobre la picadura durante 15 minutos.
EL ESPLIEGO CURA Y REPELE– Igualmente efectivo es el espliego, no sólo para calmar la irritación sino también para prevenir las picaduras. ¿Sabías que los insectos, en especial los irritantes mosquitos, no soportan el olor que desprende el espliego? Coloca ramilletes de espliego fresco cerca de las ventanas y verás cómo los insectos no se acercan. Si quieres, también puedes añadir al agua del baño una infusión hecha con esta planta. Y si ha llegado tarde y el insecto ya te ha picado, puedes coger un par de hojitas de espliego fresco y frotarlas suavemente por la zona irritada.
LIMÓN SOBRE LA PIEL– Si no tienes espliego, puedes poner sobre la picadura, un trozo de corteza de limón y friccionar unos minutos.