CIRCULAR CON PIMIENTA DE CAYENA– El sistema que más le gustaba utilizar a mi abuela para aliviar los sabañones era friccionarlos con pimienta de cayena, que restablecía en pocos segundos la circulación sanguínea, ocio que el dolor se aliviaba casi de inmediato. Pero esto sólo lo hacía si la piel no tenía ningún tipo de herida y no era alérgica a la pimienta.
AGUA DE APIO– En el caso de que los sabañones presentaran alguna herida, prefería curarlos con el agua que lograba cociendo un apio entero. Recuerdo que mi abuelo tenía que lavarse las manos o los pies (o el lugar donde tuviera los sabañones) dos veces cada día con esta agua. A los pocos días los sabañones desaparecían sin dejar rastro.
MANOSEA GACHAS DE AVENA– Otro de los remedios espectaculares de mi abuela para aliviar los sabañones consistía en hacer gachas con harina de avena. Cuando estaban templadas las pasaba a un recipiente y sólo tenía que invitar a quien tuviera sabañones a que metiera en él su manos o sus pies.