Prevenir contra el cáncer de pulmón y de colon: Estas pequeñas coles contienen un componente que frena el desarrollo de las células pre-cancerígenas. Comerlas con cierta frecuenta (una o dos veces por semana) nos ayuda a prevenir el cáncer, muy especialmente el de pulmón y colon.
Embarazos sin riesgos: Las coles de Bruselas esconden entre sus delicados pliegues todo un tesoro de ácido fólico. Son, con diferencia, las verduras más ricas en este nutriente, por lo que están muy recomendadas en la dieta de la mujer de desee quedarse embarazada en breve. Y es que el ácido fólico previene las malformaciones del feto y, muy especialmente, la espina bífida. Para que te hagas una idea, te diremos que 150 gramos de coles de Bruselas cubren la mitad de las necesidades diarias.
Protectoras del corazón: El ácido fólico también resulta muy útil para mantener el corazón en buen estado. Las personas con problemas cardiovasculares, sobre todo las de edad avanzada, deberían incluir abundantes coles de Bruselas en su dieta.
Niños en crecimiento: Los alimentos ricos en vitamina A resulta imprescindible para estimular el crecimiento de los niños. Estas coles son muy ricas en esta vitamina, imprescindible para la formación de los huesos y el desarrollo hormonal.
Verde contra la anemia: Las verduras de hojas verdes, como estas coles, son ricas en clorofila. Este componente, junto a la vitamina C y el cobre que también contienen, resulta útil para asimilar el hierro y combatir enfermedades como la anemia por deficiencia de este mineral.
Evitar la resaca: Ya en época de los romanos las coles de Bruselas se consideraban un excelente remedio contra la resaca. Estas coles, tomadas durante y después de beber alcohol, neutralizan los efectos negativos del alcohol y limpian el estómago de toxinas. Eso sí, hay que tomarlas bien conocidas.