Remedio contra los panadizos: Si sufres esta dolorosa afección, tan sólo tienes que poner a hervir unas cuantas habas y utilizar el líquido resultante, una vez se haya enfriado, para lavar la zona afectada. También puedes aplicarte una cataplasma de harina de habas remojada en agua.

Contra el colesterol: El consumo habitual de habas ayuda a eliminar grasa que se acumula en las arterias. Por esta circunstancia, esta legumbre resulta muy efectiva para combatir el colesterol perjudicial.

Caldo anti-reumático: El caldo de las habas es un excelente depurativo que, además , sirve para controlar el nivel de ácido fólico en la sangre. Por todo ello, es un buen remedio para el reuma. Puedes prepararlo poniendo a calentar un litro de agua y, cuando rompa el hervor, añade 100 gramos de vainas frescas de habas. Cuece hasta que las vainas estén tiernas. Bebe el líquido resultante, frío o caliente, en pequeñas cantidades a lo largo del día. También puedes tomar las vainas.

Interrumpir la lactancia: Si, por cualquier razón, se necesita interrumpir la secreción de leche, un remedio tradicional es aplicar sobre los senos una cataplasma de harina de habas. Se mezcla la harina con agua tibia y se aplica la pasta sobre el pecho una o dos veces al día. La secreción de leche cesará.

Retención de líquidos: Tanto las habas frescas como el caldo de su cocción son altamente diuréticos. También puedes tomarlas si sufres hinchazón por retención de líquidos.

“Arenillas” en el riñón: El vino de habas es un remedio tradicional para facilitar la expulsión de la arenilla. Se prepara dejando secar durante varios días un puñado de vainas de las habas y moliéndolas después. Echa la harina obtenida en un litro de vino blanco de buena calidad y deja que repose durante ocho días. Toma dos cucharaditas de este vino al día.