Exfoliación natural para tu cuerpo: La exfoliación es un proceso imprescindible para mantener la piel del cuerpo limpia de impurezas y células muertas. Nuestras abuelas realizaban esta operación aplicándose una pasta que obtenían mezclando leche entera y sal sobre el cuerpo húmedo. Realizaban un suave masaje y se aclaraban con abundante agua.
Manos de terciopelo: Cuando nuestras abuelas llegaban a casa después de trabajar en el campo, se aplicaban el siguiente mejunje. Consistía simplemente en mezclar aceite y sal hasta obtener una pasta. Se frotaban las manos con ello y después se las aclaraban con agua. Esta crema limpiaba la piel y dejaba las manos blancas y suaves.
Dientes más blancos: Un remedio tradicional para blanquear los dientes es frotarlos con un poco de sal. No apliques este remedio muy a menudo, ya que, a la larga, la sal estropea el esmalte.
Piernas ligeras con baños de sal: Si después de haber andado mucho tienes las piernas hinchadas y doloridas, nada mejor que este remedio tradicional. Consiste en poner las piernas en remojo en agua caliente con sal durante diez minutos y, a continuación, en agua fría, también con sal. El cansancio desaparecerá.
Cataplasma contra el acné: La sal gruesa es un excelente exfoliante para las pieles grasas y con acné. Si la combinas con una mascarilla astringente, como la de arcilla, los resultados serán excelentes Aplica este tratamiento una vez a a semana.
Necesitarás: 2 cucharadas de sal gruesa, las hojas externas de 5 cebollas, 3 cucharadas de arcilla, 1 litro de agua y el zumo de 1 limón.
1- Hierve la cebolla en el agua. Filtra y mezcla con arcilla y el limón.
2- Moja la sal con un poco de agua y frota la piel con ella.
3- A continuación, aplica la mascarilla y deja que actúe durante media hora.
Baño para recuperar la energía: Eliminarás de un plumazo el cansancio con el siguiente baño. Echa, en el agua de la bañera, un puñado de sal gorda y un litro de infusión de menta. Sumérgete durante 20 minutos y, finalmente, date una ducha con agua tibia. Te sentirás capaz de comerte el mundo.
Ducha exfoliante: Durante tu ducha diaria, pon una pequeña cantidad de sal en la manopla de rizo o guante de crin. Además de estimular tu piel, eliminarás las asperezas y células muertas que se acumulan en su superficie.