Manos suaves y blancas: Con la llegada de los primeros fríos, las manos son las primeras en sufrir sus consecuencias. Al tener una piel fina y sensible, es muy frecuente que se vuelvan secas o se irriten. Esta crema de almendras las dejará como nuevas.
Necesitarás: 500 gr de almendras peladas y agua.
1- Machaca las almendras en el mortero y guárdalas en un recipiente.
2- Mezcla un poco de polvo de almendras con agua hasta hacer una crema.
3- Frota las manos con la mezcla y aclara con agua tibia.
Exfoliante natural: Para limpiar la piel en profundidad, nada mejor que exfoliarla con un producto natural. Las abuelas se preparaban su propia exfoliante mezclando almendras en polvo con leche. Se extiende la pasta por el rostro realizando un suave masaje durante un par de minutos. Aclara con abundante agua. Esta crema eliminará las células muertas y te dejará la piel suave y sonrosada, como la de un bebé.
Mascarilla contra el acné: Cuando el acné se pone rebelde, esta mascarilla limpiadora te ayudará a controlarlo. Para prepararla, tan sólo debes mezclar la pulpa de dos albaricoques maduros con dos cucharadas de almendras molidas. Añade, si lo deseas, una cucharada de aceite y mezcla bien. Aplica la mascarilla obtenida sobre el rostro realizando un suave masaje circular, insistiendo en las zonas más afectadas por el acné. Deja que actúe durante un cuarto de hora y aclara después con abundante agua templada. Repite la aplicación cada semana.
Baño hidratante: En el invierno, la piel se reseca con frecuencia. Para evitarlo, añade al agua de tu baño medio vasito de aceite de almendras y date un baño de unos 20 minutos. Este aceite es muy hidratante y te dejará la piel suave y agradablemente perfumada.