Piel sensible: El aceite de nueces era un remedio muy utilizado por nuestras abuelas para calmar la piel irritada o con lesiones. En cosmética natural, este aceite se usa, además, para hidratar las pieles muy secas. Si éste es tu caso, añade al agua de tu baño dos cucharadas de aceite de nueces, dos de aceite de almendras y dos de aceite de oliva. Sumérgete durante un cuarto de hora dos veces a la semana y conseguirás una piel de terciopelo.
Tinte castaño: La decocción de corteza de nuez da lugar a un líquido marrón rojizo que durante años, se ha utilizado para hidratar un bonito tono castaño al cabello. Tu sólo tienes que hervir las cáscaras durante media hora y filtrar el líquido. Enjuaga el cabello con el agua de nueces después de cada lavado. Para que el remedio sea más potente, utiliza cáscaras de nuez verde. Este líquido puede utilizarse, incluso, como autobronceador, ya que también tiñe la piel.