Queso fresco y limón contra las durezas: Para suavizar zonas tan propensas a secarse y oscurecerse, como los codos, las rodillas o los talones, no hay nada mejor que esta cataplasma. Consiste en mezclar un buen trozo de queso fresco con zumo de limón. Cuando obtengas una masa más o menos homogénea, frota las zonas ásperas con ella. Aclara después con agua y jabón.
Mascarilla para una piel suave: Si tienes la piel seca, aplica esta mascarilla una vez a la semana. Tan sólo tienes que mezclar un par de cucharadas de queso fresco con una cucharadita de miel. Bate bien hasta obtener una mezcla homogénea y aplícalo sobre la piel, a modo de mascarilla. Deja que actúe durante media hora y aclara después con agua tibia o infusión de manzanilla.