Champú de menta para cabellos grasos: Nuestras abuelas, cuando eran mozas, cuidaban sus cabellos grasos con menta. Esta hierba, además de darles un perfume fresco y agradable, les ayudaba a mantener su cabello limpio y suelto durante más tiempo. Tú también puedes conseguirlo hirviendo un puñado de hojas de menta, fresca o seca, en un litro de agua. Una vez frío, filtra el preparado y utiliza el líquido obtenido para aclarar el cabello después del lavado. Al mismo tiempo, realiza un suave masaje sobre el cuero cabelludo.
Fuera impurezas con vahos de menta: Si tienes la piel grasa y con granitos hazte, una vez a la semana, este baño de vapor. Echa un puñado de menta y la corteza de un limón en una palangana con agua hirviendo y deja en infusión un par de minutos. Cubre la cabeza con una toalla y acerca el rostro al vapor que se desprende. Cierra los ojos y mantente así de dos a tres minutos. Lava después la piel con agua fría.