Joyas de oro brillantes: Para que tus joyas de oro recuperen su brillo, ponlas en remojo en leche templada durante diez minutos Aclara con agua y seca con un paño suave.
Malos olores en los muebles: Si introduces un cuenco con leche hirviendo en el interior de un mueble lograrás acabar con el mal olor.
Cuero más brillante: Pasa un algodón empapado en leche entera por tus prendas u objetos de cuero. Además de limpiarlas en profundidad, conseguirás que brillen como nunca.
Encajes como nuevos: Para que los encajes y puntillas blancos conserven su apresto, humedécelos con un poco de leche hervida y plánchalos después. Quedarán perfectos.