Amigas del hígado: Si tienes el hígado delicado, debes saber que las aceitunas, como muchos alimentos amargos, estimulan el funcionamiento y mejoran su estado.

Huesos fuertes: Las aceitunas aportan na gran cantidad de calcio al organismo, por eso es un alimento muy recomendable para aumentar la densidad de los huesos.

Los niños y mujeres -sobre todo aquellas que ya se acercan a la menopausia- son los más beneficiados por ello.

Falta de apetito: Las aceitunas suelen tomarse como aperitivo y no sólo por capricho. Su sabor fuerte favorece la secreción de jugos salivares y gástricos, por lo que resultan muy adecuadas para aumentar el apetito de los más desganados. Un platito de aceitunas, tanto verdes como negras, es el mejor entrante para las personas con poco apetito.

Grasas buenas contra el colesterol: El contenido graso de las aceitunas es elevado pero se trata de grasas vegetales y “buenas”, es decir, beneficiosas para el colesterol. Si sufres este trastorno, entrégate al sano placer de comer aceitunas. No sólo no resulta perjudicial sino que, incluso, puede llegas a ser beneficioso.

Más energía con aceitunas negras: Las aceitunas negras son más calóricas y contienen una mayor cantidad de hidratos de carbono que las verdes. Cuando te encuentres en un bache de energía concédete el pequeño placer de degustar unas cuantas aceitunas negras. Lo notarás.

Adiós al Reuma: Algunos naturistas sostienen que, comiendo diez aceitunas negras al día, el reúma mejora considerablemente. El secreto está en el poder de este tipo de aceitunas para descongestionar las articulaciones. Aunque las verdes también funcionan, son las negras las que ofrecen mejores resultados.