La protección contra los ataques del corazón: Este fruto seco resulta ideal para prevenir las enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular. Se calcula que, tomando un puñado de avellanas al día, el riesgo de sufrir un ataque al corazón se disminuye considerablemente.
Vivir más años: Las avellanas contienen una buena cantidad de vitamina E, también llamada la vitamina de la eterna juventud, por su acción antioxidante. Esta vitamina limpia los radicales libres del organismo y protege de algunos tipos de cáncer.
Controlas los niveles de colesterol “malo”: Las avellanas contienen ácido oleico, un componente muy beneficiosos para rebajar los niveles de colesterol “malo” del organismo. El 94% de su contenido en grasas, además, son insaturadas, es decir, libres de colesterol. Por todas estas razones, la avellana es insustituible en una dieta saludable.
Aliviar el síndrome premenstrual: Ricas en hierro, las avellanas pueden paliar los síntomas que produce el desequilibrio hormonal que tiene lugar antes de la regla.
Niños más atentos en el “cole”: Las avellanas son ricas en ácido fólico, un nutriente que, entre otras cosas, ayuda a estimular la memoria y la capacidad mental. Tomar avellanas para desayunar o para merendar dará a tus hijos una ración extra de ácido fólico que influirá positivamente en su aprovechamiento escolar.