Piedras en el riñón: Comer judías blancas con frecuencia es un buen remedio para disolver los cálculos renales. Las abuelas también aconsejaban tomar el agua de cocción de las mismas.
Supera el cansancio: Las sopas de harina de judías son un remedio de toda la vida para recuperar el vigor.
Tisana contra el dolor de artrosis: Un remedio muy antiguo para aliviar las molestias de la artrosis era esta curiosa “infusión” de judías. Se preparaba hirviendo 100 gramos de judías frescas en medio litro de agua durante veinte minutos. A continuación, se bebía el caldo de judías a lo largo del día en pequeñas dosis. Sigue este remedio mientras duren las molestias.
Tratamiento intensivo contra la gota: Antiguamente, se combatía la gota con lo que se llamaba “la cura de judías” y que no consistía en otra cosa que en comer pequeñas cantidades de judías blancas a diario durante un mes. Esta sencilla medida solía bastar para aliviar los dolores que producía esta dolencia.