Para eliminar los callos: Si te encuentras con que un callo te está dando la lata, pon fin al sufrimiento con este remedio tradicional. Consiste en cortar una lámina muy fina de ajo y colocarlas sobre el callo hasta que se ablande. Puedes fijarla con una venda o similar. Ten en cuenta que el ajo puede irritar la piel, por lo que te recomendamos que protejas la piel que rodea el callo con un poco de vaselina.
Cortar la mucosidad: Para parar en seco el molesto moqueo que tan frecuente resulta en esta época del año, no hay nada mejor que picar finalmente un par de dientes de ajo y respirar su fuerte olor. No hace falta que estés mucho tiempo, en pocos minutos el moqueo parará.
Jarabe contra las anginas: Si eres propenso a sufrir este molesto trastorno, prepara este jarabe de ajo. Corta en trozos unos cuantos dientes de ajo, ponlos en un recipiente y recúbrelos con miel. Deja que reposen durante unas dos horas y filtra bien. Toma una cucharadita de este jarabe varias veces al día hasta que notes mejoría.
Caldo depurativo contra la hipertensión: El ajo resulta muy efectivo para tratar las dolencias cardiovasculares. Una buena forma de tomarlo es con este rico caldo. Pela siete dientes de ajo y una cebolla y échalos en un litro y medio de agua hirviendo. Añade también una zanahoria, una rama de apio y la corteza de un limón. Cuece durante un par de minutos y retira del fuego. Deja que repose durante una noche y al día siguiente ya estará listo para formar. Filtra y bebe un vasito antes de cada comida.
Buena digestión: A pesar de tratarse de un alimento con un sabor muy fuerte, resulta muy eficaz para el estómago y combate muchas infecciones intestinales como la diarrea, la colitis y la flatulencia. Antiguamente, a los niños se les colgaban dientes de ajo en el cuello para ahuyentar las lombrices. Hoy en día, afortunadamente, basta con incluir ajos picados en la comida para obtener el mismo efecto.
Alivio para la faringitis: No encontrarás mejor antiséptico para el cuello que esta infusión de ajo. Maja un diente de ajo en el mortero y échalo en una taza de leche caliente. Deja que repose durante unos diez minutos y tómalo a sorbos. Si no te gusta su sabor, puedes utilizarlo únicamente para hacer gárgaras.
El elixir de la eterna juventud: Este elixir puede ayudarte a combatir la artrosis, el colesterol o los trastornos cardiovasculares. Es también un antioxidante con poderes rejuvenecedores. Tritura 25gr de ajo y échalo en 60 ml de alcohol etílico para uso interno. Toma 15 gotas disueltas en agua cada mañana.
Afrodisíaco: El ajo no sólo reina en la cocina, también en el dormitorio tiene mucho que hacer. Y es que este bulbo es uno de los afrodisíacos masculinos más efectivos. Tan sólo hay que frotar con ajo dos rebanadas de pan y degustarlas con un poco de aceite. El efecto no se hace esperar.