Jarabe contra la tos: El nabo es un excelente descongestivo, muy adecuado para combatir a tos y el resfriado especialmente los niños. Este jarabe de nabos, una receta muy antigua que ha pasado de generación en generación, te ayudará a aliviar la tos de toda la familia.
Necesitarás: Un nabo, tres cucharadas de miel.
1- Lava y rasca el nabo. Córtalo en rodajas gruesas.
2- Vierte la miel, tapa con un plato y deja que repose toda la noche.
3- Embotella el líquido y toma una cucharada dos veces al día.
Úlceras gástricas: El zumo de nabos crudos, tomado con regularidad, resulta muy útil para aliviar el dolor de las úlceras gástricas evitar su aparición. Los nabos, además resultan muy beneficiosos para combatir trastornos digestivos.
Contra las inflamaciones: Limpia y ralla un nabo, añade una pizca de sal y envuelve esta pasta en una gasa. Aplica sobre la zona afectada tres veces al día.
Flemones: Por calmar el dolor que provoca un flemón … ¡qué es lo que no haríamos! Antiguamente, se utilizaban cataplasmas de nabo. Hervían un par de nabos grandes, los escurrían y los trituraban, colocando la pasta obtenida sobre la zona dolorida todas las veces que hiciera falta, hasta que remitiera el dolor.