Quemaduras leves: Si te has quemado en la cocina, escalda unas cuantas hojas de té, escúrrelas y colócalas sobre la zona afectada. Te aliviará.
Contra el catarro: Si sufres lo que se dice un “trancazo”, tómate tus buenas tazas de té. Y es que esta planta, además de resultar muy reconfortante, tiene un poderoso efecto antivírico, muy eficaz en casos de gripe y resfriado.
Encías delicadas: Si suelen sangrarte las encías con frecuencia, haz a diario enjuagues con una infusión fría de hojas de té. El té es un producto astringente que aliviará tu problema y te ayudará a mantener tu dentadura en muy buenas condiciones.
Freno al colesterol: Una de las grandes virtudes del té es su efecto benéfico sobre el colesterol. Tomar té con regularidad, sobre todo si se trata de té verde, reduce la concentración de colesterol “malo” en la sangre y disminuye la hipertensión. Las abuelas bien que lo sabían y siempre tomaban una tacita de té al día “para el corazón”.