CON EL RABITO DE LAS CEREZAS…– Ellas conocían varias formas de acabar con este mal y muy dulces, como verás. Ahora que llega el tiempo de las cerezas, cuando te la comas guarda siempre el rabito y hazte después infusiones. Pon la cantidad que cojas con los dedos a hervir en una taza de agua y tómate la infusión. Piensa que con el sólo hecho de ingerir muchas cerezas estarás combatiendo esta dolencia, ya que son muy diuréticas.
A BUSCAR BARBAS DE MAÍZ– Si a menudo sufres cistitis también puedes poner en práctica otro remedio que seguramente tu abuela habrá hecho más de una vez. Si le haces memoria, te lo explicará sin duda, porque antes era un remedio muy usual. Busca las mazorcas de maíz más hermosas que encuentres, quítales las barbas y haz una infusión. Para prepararla, coge una pizca de las barbas de la panocha, hiérvela en un vaso de agua y cuélala.
PINO EN LA BAÑERA– Cuando te bañes aprovecha la ocasión para calmar a infección echando cinco gotas de aceite de pino en el agua, que debe estar templada.