CON LAS MANOS EN LA AGUJA– Te lo vamos a explicar tal y como lo hacían nuestras sabias abuelas. Primero tienes que conseguir un trozo de tela de fibra natural, algodón por ejemplo, y con él cose una bolsita pequeña en la que introducirás después unas cucharadas de harina de maíz. Aplícate esta bolsa templada en el ojo afectado varias veces durante el día y verás como el engorroso orzuelo acaba por desaparecer sin dejar rastro.
EL “BREBAJE” QUE PREVIENE– Con este remedio acabarás con ese orzuelo, pero si eres propensa a que te salgan a menudo muchos más, te aconsejamos que te prepares el siguiente “brebaje” (como denominaban antiguamente estos preparados) de semillas de bardana y flores de manzanilla y te lo tomes a temporadas. Prepara una infusión añadiendo dos cucharadas de flores de manzanilla y una de hojas de bardana en medio litro de agua hirviendo, cuela el agua y bébela a razón de tres cucharadas a día, una después de cada comida.