AROMA EN EL AMBIENTE– Mi abuela tenía el convencimiento de que el ambiente de la habitación del enfermo debía ser lo más agradable y sano posible para su restablecimiento. Por eso ponía una palangana de agua caliente al lado de la cama y le echaba hojas y flores de espliego, que aromatizaban toda la estancia y le ayudaban a respirar mejor e incluso tranquilizarse.
CORTEZA DE OLMO– Además del tratamiento del médico, la corteza de olmo americano puede hacer mucho bien al enfermo de neumonía e incluso puede ayudarle a que se recupere antes. Mi abuela hacía una infusión con dos cucharaditas de corteza en polvo. La endulzaba con una cucharada de miel y la daba a tomar dos veces cada día una por la mañana y otra por la noche.
DESDE AMÉRICA– En los países de latinoamérica se emplea la “hierba mate”, un tónico cardiaco muy adecuado en casos de neumonía, pues es una dolencia que suele implicar al corazón (consulta al médico).