SUDAR A MÁS NO PODER– Mi abuela lo tenía claro cuando su marido llegaba a casa con el dedo gordo del pie rabiando de dolor y de un tono encendido: le hacía que sudara tanto como pudiera. ¿Cómo? Haciendo que se bañara en agua caliente durante un cuarto de hora y luego le hacía irse a la cama bien tapado. Así el cuerpo expulsa el sobrante ácido úrico.
PÍNTATE DONDE TE DUELA– La tradición popular también guarda celosamente otro muy buen remedio para combatir la gota: la tintura de acebo, el preparado que se guardaba como oro en paño en todas las casas donde vivía alguien propenso a sufrir esta enfermedad. Preparar la tintura con hojas de esta planta es muy fácil. Sólo hay que triturar las hojas (200 gramos si es seca y 300 si es fresca) e introducirlas en una botella con un litro de alcohol. Se deja reposar dos semanas, se filtra y la tintura ya estará lista para su uso. Las abuelas “pintaban” con este preparado las zonas afectadas por la gota, ya fuera el dedo gordo del pie o cualquier parte del cuerpo.