EL BENEFICIO DEL PAPEL DE FUMAR– La primera vez que vi cómo se curaba mi abuela los cortes que se hacía mientras preparaba la comida, me quedé muy perpleja. ¡Se puso unos de esos papeles que se utilizan para fumar! y siguió tan tranquila con su labor. De hecho, el corte se cerró rápido y no le dio mayores quebraderos de cabeza. Eso sí, cuando los cortes o rasguños son profundos, acompañados de dolor y hemorragia, conviene siempre acudir al médico.
UNGÜENTO DE MIGA DE PAN– Aparte del papel de fumar, mi abuela se ponía una cataplasma para que los cortes le sanaran antes. Mezclaba miga tierna de pan con leche caliente y una yema de huevo, se lo ponía sobre la parte afectada y lo renovaba cuando ya se había secado.
PLANTAS O JABÓN– Ante cualquier corte o rasguño, por pequeño que sea, siempre es aconsejable lavarlo muy bien. Mi abuela lo hacía con una infusión concentrada de tomillo y salvia a partes iguales y cuando no tenia estas plantas a mano simplemente se lavaba con abundante agua y jabón.