EMPLASTOS DE ARCILLA Y RUDA– No obstante, la tradición popular cuenta con varios remedios para hacer desaparecer aquellos ganglios que correspondan a procesos vanales. Nuestras abuelas los trataban a base de completas cataplasmas de arcilla, que tiene la propiedad de aminorar las infecciones. Hervía un poco de ruda para mezclarla después con arcilla y lograr una especie de pasta que luego colocaban sobre los ganglios. Las cataplasmas debían cambiarse cada tres horas.
PIÑA Y NARANJA– Aparte de los remedios que podían realizarse exteriormente, nuestras abuelas recomendaban tomar líquidos que ayudaran a frenar la infección y limpiar el organismo. Para estos casos, los mejores líquidos que pueden ingerirse son los hechos a base de frutas, especialmente la naranja y la piña. Pero recién exprimidos. No sirve comprarlos ya envasados. La ingesta de dos zumos al día, uno en ayunas y otro antes de comer, es la cantidad ideal para controlar los ganglios.