EL ALEGRE VINO DE ROMERO– Nada mejor que una copita tomada en el momento justo para alegrar el ánimo. Mi abuela preparaba un vino balsámico que, además de estar riquísimo, resultaba muy útil para combatir los negros pensamientos. Se prepara añadiendo seis ramas de romero en un litro de vino blanco dulce. Deja en maceración bien tapado durante quince días. Toma una cucharada de este vino cuando lo necesites.
EL VAPOR DE LA FELICIDAD– Un remedio muy antiguo para alegrar el espíritu es vaporizar la casa con hisopo. Calienta dos litros de agua y, en cuanto rompa el hervir, añadir ocho cucharadas de hisopo. Apaga el fuego y coloca el recipiente en un lugar seguro. Los vapores que se desprenden te harán ver las cosas de otra manera.
BAÑOS ESTIMULANTES– Si tienes un día torcido, concédete el placer de sumergirte en un baño templado donde habrás añadido una infusión de melisa y abrotano macho. Abstenerse embarazadas.