CAMBIA LA GRASA POR BRILLO– Para que el cabello durara más tiempo limpio, mi abuela nos recomendaba realizar enjuagues con menta. Se prepara una infusión concentrada de menta, hirviendo un puñado de hojas de esta planta en un litro de agua. Se deja enfriar y se filtra. Después del lavado, enjuágate el cabello con este líquido realizando un suave masaje. Tu cabello, además, tendrá un fresco aroma de menta.

LA PLANTA DEL JABÓN– ¿Sabes de dónde viene el nombre de jabón? Pues de la saponaria, una planta que, desde muy antiguo, se utiliza para mantener el cabello limpio y lustroso. Mi abuela dejaba en maceración las hojas o las raíces de la saponaria en un litro de agua hasta obtener un agua jabonosa que iba de fábula para limpiar e hidratar el cabello.

EL FRESCO LIMÓN– Si tu pelo es muy graso, apúntate esta receta. Parte un limón en cuatro trozos y déjalo cocer en un litro de agua hasta que se ablande. Filtra y fricciona el pelo con el liquido y aclárate después con agua.