ESPINO ALBAR, EL MILAGRO BLANCO– Esta hermosa planta, de flores blancas y pequeño fruto rojo, es un auténtico regalo para el corazón. Equilibra la presión sanguínea -tanto la alta como la baja-, normaliza el ritmo cardíaco y resulta muy útil en casos de irregularidades vanales del corazón. Se prepara añadiendo dos cucharaditas de hojas o flores de espino albar en una taza de agua hirviendo y se deja reposar durante 15 minutos. Se filtra y se toman de dos a tres tazas de esta infusión al día.
AJO– No es la primera vez que hablamos de él y probablemente del corazón. No sólo hace disminuir el colesterol (malo) sino que también reduce la posibilidad de que se formen trombos en los vasos sanguíneos. Toma un diente de ajo al día -si no te gusta crudo puedes comerlo escaldado- y le harás un gran favor a tu corazón. Para los que no soporten su sabor (y su olor) también se puede tomar en comprimidos. En este caso toma dos comprimidos al día.