AL CALOR DEL HOGAR– De todos modos, las abuelas conocían eficaces remedios para soportar los inviernos más crudos. Además de los caloríficos potajes de garbanzos y lentejas a los que eran tan aficionadas en invierno, no olvidaban incluir en sus menús alimentos tónicos como el jengibre. Las abuelas chinas añaden la raíz fresca rallada de jengibre en sopas y guisos. Si prefieres alimentos más autóctonos, confía en el hinojo -perfecto para preparar ensaladas invernales- y el chile, el condimento ideal para la época de frío.
ENTRAR EN CALOR– Es fácil caer en la tentación y combatir el frío con alcohol. Esto es un error porque, aunque estas bebidas proporcionan una instantánea sensación de calor, al poco tiempo se produce el efecto contrario. En lugar del típico carajillo, calienta tu cuerpo con dátiles, frutos secos y castañas acompañados por una tisana de clavo y limón. Prepárala añadiendo un clavo de especia y una corteza de limón en un cuarto de litro de agua caliente. Filtra y toma con miel. Toma esta infusión con precaución, ya que el clavo tiene un efecto irritante.