¡ClRCULEN!– La mala circulación de las piernas es la culpable de la hinchazón y el dolor. Para tener las piernas ligeras, nuestras abuelas tomaban dos infusiones de salvia con miel al día. Esta socorrida planta estimula la circulación y, tomada con regularidad, alivia las piernas pesadas y doloridas.
SIN SOMBRA DE VARICES– Las varices surgen de repente y sin avisar. No esta de más que vigiles regularmente tus piernas en busca de venillas que anuncien su próxima aparición. En cuanto sospeches un “ataque” inminente, prepara una infusión de caléndula y aplícala, bien fría, sobre las piernas sin friccionar demasiado. Todavía más efectivo es machacar unos cuantos dientes de ajo en el mortero durante tres minutos y aplicar la pasta en la zona afectada. Eso sí, después tendrás que desodorizar la piel pasando por las piernas medio limón cortado.
PIERNAS DE BAILARINA– Y por último, un ejercicio de ballet que te irá de perlas. Sentada en el suelo, con las piernas juntas y rectas, flexiona y estira los pies varias veces durante cinco minutos.