EL REMEDIO DE LOS CAMPESINOS– Y algo que nunca faltaba en sus cocinas era la col, que utilizaban según habían aprendido de los hombres del campo, propensos a padecer torceduras mientras trabajaban sus tierras. Cuando alguien sufría una torcedura, cogían unas cuantas hojas de col, les quitaban las venas centrales y las aplicaban directamente sobre la zona dolorida, las inmovilizaban con una gasa y en poco tiempo hacían efecto.
CON PAPEL DE ESTRAZA– Además de la col, utilizaban también hojas de papel de estraza bien humedecidas en vinagre diluido en agua, que aplicaban sobre la torcedura y retiraban a los dos minutos. Al secarse, la inmovilizaban de tal manera que la inflamación y el dolor desaparecían. (En el caso de que el dolor no remita o aparezcan otras manifestaciones, lo mejor es consultar con el médico).
JENGIBRE EN EL BAÑO– La curación de las torceduras también se acelera si cada vez que la persona toma un baño se echa en el agua fría una pizca de jengibre, ya sea en infusión o en aceite esencial. Es un remedio que proviene de China.