SEMILLAS DE LINO EN REMOJO– Las semillas de lino (linaza) tienen excelentes propiedades calmantes. Nuestras abuelas ponían en remojo un cuarto de estas semilla en medio litro de agua durante toda una noche y a la mañana siguiente se aplicaban sobre el herpes la masa mucilaginosa en que se había convertido el líquido. Es muy importante cambiar este emplasto cada cinco horas.
BEBIDA O EN LA PIEL– Además de esta aplicación externa, un herpes puede aliviarse también tomando una infusión de hierba de San Juan cada día. Esta planta es tan eficaz contra esta dolencia, que incluso surte efecto si se aplica en forma de compresas frías sobre la zona afectada. Las infusiones de caléndula también son muy apropiadas para aliviar el malestar del herpes. Toma tres tazas diarias con una cucharada de caléndula por taza de agua hirviendo.
HERPES GENITALES: ÁLOE– Especial atención tienen los herpes que aparecen en las zonas de los genitales. Lo más apropiado es tratarlos directamente con pulpa o gel de áloe vera que no contenga alcohol.